El Dr. Bob Anderson y otros investigadores australianos, italianos y británicos, han estado trabajando desde hace nueve años en identificar los péptidos tóxicos del gluten o la porción proteica que gatilla la enfermedad celíaca. Los investigadores comentan que “hace 60 años que se conoce que el gluten es el causal de la enfermedad celíaca y que nunca se había logrado identificado con claridad qué péptidos eran los que generaban esta reacción”.
El estudio se basó en medir la respuesta inmune en pacientes celiacos e identificar los péptidos que intervenían en la reacción. Se estudiaron células inmunológicas de más de 200 voluntarios celiacos adultos. Se les dio a comer trigo, centeno y cebada y, seis días más tarde, se tomaron muestras de sangre para medir la respuesta inmune de los pacientes a los 2700 péptidos diferentes que componen el gluten. Un total de 90 desencadenaron la reacción propia de enfermedad celíaca, pero tres de estos péptidos fueron especialmente tóxicos y, por lo tanto, muy relevantes en esta enfermedad. “Estos tres componentes intervenían en la mayoría de las respuestas inmunes de los pacientes observados “, dice el Dr. Anderson.
Este conocimiento ya ha sido utilizado por la empresa de biotecnología Nexpep, para intentar diseñar una vacuna con estos tres péptidos tóxicos. El test de diagnóstico se basaría en el mismo principio en que se diagnostican hoy día las alergias, analizando si una persona tiene una reacción inmunitaria desproporcionada a uno de los tres péptidos del gluten identificados por los investigadores.
“Lo importante es que la enfermedad celíaca se podría identificar por la respuesta inmunitaria y no por el daño en el intestino”, según el autor del trabajo: Bob Anderson. Esto permitiría extender el test de diagnóstico a grupos más amplios de población y de reducir el número de personas que tienen celiaquía y no lo saben. Sin embargo es tema que requiere ser reproducido por otros grupos de investigadores, y de muchas más evaluaciones y estudios rigurosos.
Por ahora, los celiacos tendrán que continuar con la dieta libre de gluten.
Fuente: El Mercurio / Science Translational Medicine